La colección más audaz de la Semana de la Moda de Milán desafía todo lo establecido
Hay algo inquietante en ver a un ejército de modelos con miradas lechosas y sonrisas de aerosol, avanzando como espectros sobre un suelo cubierto por kilómetros de tela grafitada. No es una escena de una película de terror, sino el desfile de Diesel para Otoño/Invierno 2025-2026 en la Semana de la Moda de Milán. Una propuesta que se mueve entre la irreverencia, la estética zombi y la experimentación más radical con el denim.
Diesel no solo presentó ropa, presentó un espectáculo. Pero también dejó una pregunta en el aire: ¿hasta dónde puede llegar la moda antes de convertirse en una parodia de sí misma?
El apocalipsis del denim según Diesel
Glenn Martens, el cerebro detrás de la visión creativa de Diesel, parece haber tomado el concepto de «moda postapocalíptica» y lo ha elevado a nuevas alturas. No es la primera vez que la firma juega con el caos visual y la transgresión, pero esta vez la puesta en escena fue demasiado literal como para ignorarla.
Imagina un mundo donde los humanos han mutado en criaturas andróginas de denim reflectante y tweed fragmentado. Los cuerpos son cubiertos por minifaldas estilo péplum que desafían cualquier noción de utilidad, corsés con escotes románticos y pantalones ultrabajos que parecen diseñados para desafiar la gravedad (y la decencia).
Es moda, sí, pero también es una declaración de intenciones. Diesel no busca simplemente vender ropa; busca provocar una reacción visceral, un impacto que quede grabado en la retina mucho después de que las luces del desfile se apaguen.
El set: una obra de arte urbano en movimiento
Lo de Diesel no es solo diseño, es una experiencia inmersiva. En el Allianz Cloud de Milán, el público se encontró con una pasarela rodeada de un inflable gigante cubierto de grafitis, un trabajo titánico que involucró a 7,000 artistas de todo el mundo. La marca no solo consiguió un récord Guinness, sino que además dejó claro su compromiso con el arte callejero como expresión de libertad.
Esto no es casualidad. Diesel ha sido históricamente una firma que abraza lo urbano, lo crudo y lo sin filtro. Pero también lo convierte en un lujo aspiracional. Porque, seamos sinceros, nadie en un escenario postapocalíptico real vestiría pantalones de tweed reinventado con detalles metálicos. Pero en la pasarela de Diesel, ese contraste entre lo decadente y lo elegante es exactamente lo que hace que todo funcione.
Cuando la moda juega con el miedo
Algo perturbador se escondía detrás de esos ojos sin vida y sonrisas espectrales. No era solo maquillaje o accesorios. Diesel convirtió a sus modelos en una metáfora de la deshumanización en la era del consumo masivo. La idea de lo «zombi» no solo estaba en la estética, sino en la manera en que los cuerpos se movían: automáticos, desprovistos de identidad, atrapados en un universo de prendas que parecen diseñadas para una distopía inminente.
La industria de la moda ha jugado con el terror y la provocación antes, pero pocas veces con una ejecución tan extrema. ¿Estamos viendo el futuro de la moda o simplemente una gran puesta en escena para llamar la atención? Esa es la gran incógnita.
«La moda es una máscara, pero también una trampa.»
Denim en estado mutante
Si hay algo que Diesel sabe hacer bien, es reinventar el denim. Pero en esta colección, lo llevó a un nivel casi experimental:
- Acabados plásticos y reflectantes que hacen que los jeans parezcan más una armadura que una prenda casual.
- Cortes que desafían la lógica del cuerpo, desde pantalones ultra bajos hasta minifaldas tan pequeñas que parecen accesorios en lugar de prendas funcionales.
- Superposición de materiales inesperados, como tweed y jacquard mezclados con denim tratado con técnicas industriales.
El resultado es un híbrido entre lo callejero y lo conceptual, entre lo decadente y lo futurista. Diesel no vende nostalgia, vende una visión del futuro que es tan cruda como fascinante.
¿Moda de lujo o performance provocador?
Al final del desfile, una sensación quedó flotando en el aire: ¿esto es realmente ponible o estamos ante una gran broma postmoderna? Porque seamos sinceros, la mayoría de las piezas de esta colección parecen diseñadas más para Instagram que para la vida real. Pero, en un mundo donde la moda es cada vez más espectáculo y menos funcionalidad, ¿realmente importa?
Diesel ha logrado lo que toda marca aspira: que se hable de ella. Que su desfile no sea solo un momento en la Semana de la Moda, sino un tema de conversación. Un símbolo de una época en la que la provocación es la nueva norma y la irreverencia, el verdadero lujo.
Ahora bien, la pregunta sigue en el aire: ¿estamos ante el futuro del denim o simplemente ante el truco de marketing más efectivo de la temporada?