Louis Vuitton Primavera-Verano 2025: la feminidad se reinventa con el arte de Laurent Grasso
La moda tiene esa capacidad inquietante de jugar con el tiempo. No solo lo adelanta, lo estira, lo retuerce, lo deja suspendido en un instante que no pertenece ni al pasado ni al futuro. La colección Primavera-Verano 2025 de Louis Vuitton, diseñada por Nicolas Ghesquière, es un perfecto ejemplo de esta paradoja: fluidez femenina, sastrería precisa, texturas metálicas que parecen flotar entre épocas. No es un desfile, es un portal.
Pero si la ropa es la primera pincelada de esta historia, la campaña publicitaria es el lienzo en el que todo cobra sentido. Fotografiada por Steven Meisel y enmarcada en el universo conceptual del pintor francés Laurent Grasso, la propuesta de Louis Vuitton va más allá del lujo y se adentra en lo que podríamos llamar el realismo místico de la moda. Y en medio de esta atmósfera, dos figuras emergen como musas de esta nueva era: Saoirse Ronan y Lisa de Blackpink.
Nicolas Ghesquière y el arte de vestir el tiempo
El director creativo de Louis Vuitton lleva años explorando una silueta femenina que desafía etiquetas. Sus colecciones pueden incluir chaquetas con hombros estructurados que parecen sacadas de una armadura medieval, pero combinadas con faldas de gasa que parecen disolverse con la luz. Todo es un equilibrio entre la tradición y la experimentación, entre la disciplina de la sastrería y la libertad de lo etéreo.
Para la Primavera-Verano 2025, Ghesquière lleva esta exploración aún más lejos con capas de telas superpuestas que juegan con el movimiento, texturas metálicas que capturan la luz como si fueran piezas de joyería y cortes que insinúan, pero no revelan del todo. Es una colección que sugiere en lugar de gritar, que seduce con misterio en lugar de exceso.
Y, como siempre, los accesorios son clave. Los icónicos bolsos de la Maison, como el Capucines, no son meros complementos, sino protagonistas por derecho propio. Cada pieza es un recordatorio de que la moda de Louis Vuitton es atemporal, pero siempre mirando hacia adelante.
Laurent Grasso: el arte de distorsionar la realidad
Cuando Laurent Grasso entró en esta ecuación, la campaña de Louis Vuitton dejó de ser simplemente una serie de imágenes de moda y se convirtió en una experiencia visual con profundidad conceptual.
Grasso, conocido por su serie Studies Into the Past, ha construido una obra que juega con la percepción del tiempo, mezclando paisajes inspirados en la pintura renacentista con elementos perturbadores: rectángulos negros que parecen puertas a otra dimensión, luces artificiales en entornos naturales, cielos que parecen sacados de un sueño barroco. Su trabajo no solo es visualmente impactante, sino que también despierta una sensación de extrañamiento. Algo no encaja del todo. Y en esa tensión, en ese desajuste temporal, es donde la magia ocurre.
Para la campaña de Louis Vuitton, Grasso creó fondos que parecen cuadros vivos: cielos en tonos dorados y azulados, paisajes con un aura de misterio, sombras que sugieren la existencia de algo más allá del marco visible. El resultado es un diálogo entre la moda y el arte, entre lo tangible y lo onírico.
Saoirse Ronan y Lisa: el «poder suave» de una nueva feminidad
Si Ghesquière es el alquimista de la moda y Grasso el arquitecto del espacio, entonces Saoirse Ronan y Lisa son las guardianas de esta historia.
Para Ronan, este es su debut como embajadora de Louis Vuitton, y su presencia no podría ser más acertada. Es una actriz que ha construido su carrera eligiendo papeles con una sensibilidad poco común, un rostro que parece sacado de un retrato clásico, pero con una fuerza que encaja perfectamente con la visión de Ghesquière.
Por otro lado, Lisa de Blackpink ya es un ícono global. Su magnetismo en el escenario se traduce aquí en una imagen de feminidad poderosa y enigmática. Ambas encarnan el concepto de «poder suave» que define esta temporada: una fuerza que no necesita imponerse, sino que simplemente existe, con la certeza de lo inevitable.
«No es una moda que busca impresionar. Es una moda que te atrapa antes de que te des cuenta.»
Un juego entre lo eterno y lo efímero
La colección Primavera-Verano 2025 de Louis Vuitton es un recordatorio de que la moda no es solo ropa. Es narrativa, es concepto, es una conversación con el pasado y con el futuro al mismo tiempo. Y cuando esta conversación se enmarca en el universo de Laurent Grasso, lo que queda es una serie de imágenes que parecen existir fuera del tiempo, como fragmentos de un sueño que aún no hemos terminado de descifrar.
¿Hasta dónde puede llegar la moda cuando deja de ser solo tendencia y se convierte en arte? Quizás la respuesta está en algún rincón de esta campaña, entre la luz dorada de un atardecer imposible y la mirada de dos mujeres que parecen conocer un secreto que aún no estamos listos para comprender.