ELIE SAAB y el arte de vestir el futuro

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ELIE SAAB y el arte de vestir el futuro ¿Alta costura o un sueño hecho tela?

La Semana de la Moda de París es muchas cosas: espectáculo, negocio, delirio y una galería de arte ambulante que deslumbra tanto como desconcierta. Pero cuando Elie Saab sube al escenario, la incertidumbre se disipa. El diseñador libanés no solo crea vestidos; esculpe sueños, hila cuentos de hadas y, como un alquimista moderno, convierte la tela en un susurro de elegancia. Su más reciente colección Otoño Invierno 2025/2026 no fue la excepción.

Entre el ayer y el mañana: el juego del tiempo en la alta costura

Elie Saab ha entendido algo que muchos diseñadores aún intentan descifrar: la moda es un péndulo entre el pasado y el futuro. Lo retro y lo futurista no son opuestos, sino cómplices en una misma historia. En su nueva colección, las siluetas victorianas se reinventaron con cortes arquitectónicos de ciencia ficción; las plumas de avestruz y el encaje de antaño se entrelazaron con bordados de lúrex que parecían robados de un traje de astronauta.

Los tonos terrosos y metálicos dominaron la pasarela, como si la naturaleza y la tecnología hubieran firmado un tratado de paz. Algunos vestidos recordaban a las divas del cine clásico, otros parecían salidos de una utopía donde la moda no conoce límites. Saab entiende que la elegancia femenina no es una cuestión de época, sino de actitud.

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«El pasado se repite, pero con nuevas costuras»

Si hay algo que distingue a Elie Saab, es su capacidad para transformar lo conocido en algo inesperado. Esta vez, su apuesta incluyó:

  • Capas largas y majestuosas, evocando las reinas medievales, pero con un giro contemporáneo.
  • Corsés estructurados, rescatados del siglo XIX, pero suavizados con transparencias que desafían las normas.
  • Lentejuelas plateadas y bordados dorados, que juegan con la luz como si cada vestido tuviera su propia constelación.
  • Organza rubí y seda etérea, envolviendo a las modelos en una danza de texturas opulentas.

Uno de los detalles más comentados fue el uso de estolas de plumas nacaradas, que parecían dibujar constelaciones sobre la piel de tul. Un guiño a lo celestial, una invitación a soñar.

Alta costura en la era de la robótica: ¿arte o algoritmo?

La pregunta es inevitable: en una época donde la moda se digitaliza, ¿qué papel juegan los diseñadores que, como Saab, celebran lo artesanal? Mientras algunas casas exploran la impresión 3D y los tejidos inteligentes, Saab sigue confiando en la paciencia del bordado a mano y en el dramatismo de una falda con volumen. Pero eso no significa que ignore el presente.

En esta colección, se intuyó un coqueteo con la tecnología, sutil pero presente:

  • Las texturas iridiscentes parecían inspiradas en metales líquidos, en la estética de un futuro refinado.
  • Las estructuras de algunos vestidos insinuaban un diseño casi arquitectónico, como si cada costura hubiera sido calculada con precisión matemática.
  • La forma en que ciertos tejidos reflejaban la luz recordaba a la superficie de un holograma.

La alta costura es el último bastión de la moda hecha con las manos, pero también se alimenta de la innovación. Saab lo sabe, y por eso juega con ambas realidades sin sacrificar su esencia.

«En el futuro, el lujo será lo que no pueda fabricarse en serie»

Mientras la industria de la moda sigue debatiendo sobre el impacto de la automatización, Saab reafirma su apuesta por lo exclusivo, por lo que solo unos pocos artesanos pueden hacer. Porque el verdadero lujo, en el fondo, no es el oro ni los diamantes: es el tiempo.

La Semana de la Moda de París es el mejor escenario para recordar esto. Allí, donde los titulares hablan de tendencias, Saab nos habla de algo más profundo: la permanencia. En un mundo donde todo cambia a velocidad de vértigo, sus diseños parecen resistir la fugacidad del tiempo.

La paradoja de Elie Saab: innovación en la tradición

Lo más interesante de esta colección no es su estética (aunque sea espectacular), sino su mensaje. Saab no es un futurista radical, pero tampoco un nostálgico. Su moda es una conversación entre lo que fue y lo que será.

Tal vez por eso, su desfile dejó tantas preguntas en el aire:

  • ¿Puede la alta costura seguir siendo relevante en un mundo dominado por la inmediatez?
  • ¿Es posible modernizar lo clásico sin traicionar su esencia?
  • ¿Cómo se reinventará Saab en los próximos años sin perder su ADN?

Lo único seguro es que su legado sigue creciendo. Mientras algunos diseñadores se obsesionan con lo nuevo por el simple hecho de serlo, Saab demuestra que la elegancia femenina no es cuestión de modas pasajeras. Su visión del futuro no es fría ni impersonal; es cálida, majestuosa y, sobre todo, atemporal.

Y en estos tiempos, eso es lo más futurista que se puede ser.

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JOHNNY ZURI

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