Saint Laurent Otoño/Invierno 2024: ¿Transparencia o Invisibilidad en la Moda?
El desfile de Saint Laurent para la temporada Otoño/Invierno 2024, llevado a cabo en el emblemático marco de la Semana de la Moda de París, generó un abanico de reacciones en la industria. Bajo la dirección creativa de Anthony Vaccarello, la colección abrazó el espíritu del riesgo y la provocación, llevando la transparencia en la moda a nuevas fronteras. A la sombra de la icónica Torre Eiffel, el espectáculo combinó el chic parisino con un toque de misterio, cuestionando la frontera entre la moda y la desnudez.
La Colección que Desaparece: ¿Una Moda Rayos X?
Con el concepto de “rayos X” como eje central, Vaccarello presentó una visión atrevida de la indumentaria contemporánea, jugando con la idea de prendas que se desvanecen sobre el cuerpo. La colección se destacó por la utilización de materiales que, más que cubrir, insinuaban. Los vestidos confeccionados con la misma textura que las medias y las blusas semi-transparentes provocaban la ilusión de una moda que desaparece frente a la vista, dejando al espectador cuestionando si lo que veía era ropa o simplemente una sugerencia de ella.
El uso de telas transparentes no fue casualidad, sino una declaración de intenciones: la transparencia se convirtió en un medio para explorar la desnudez moderna, sugiriendo que la moda actual puede ser tanto un vehículo de protección como de exposición. “El arte de no vestir”, podría decirse, pues la verdadera protagonista fue la piel.
Telas que Seducen: Entre Líquidos y Mate
En cuanto a los materiales, la colección fue un despliegue de texturas inusuales, con un enfoque casi táctil. Las chaquetas de cuero líquido capturaban la luz de manera casi hipnótica, creando un contraste vibrante con las faldas lápiz de tejidos opacos. Por otro lado, los abrigos pesados aparecían como una declaración de moda más clásica, ofreciendo un respiro de la estética minimalista y etérea del resto de la colección. Esta dualidad en la elección de telas enfatizó la búsqueda de Vaccarello por una moda que oscile entre la ligereza y la densidad, lo tangible y lo efímero.
Las blusas envolventes, unidas a las faldas de corte lápiz, conformaron la base de las siluetas, mientras los tonos variaron entre una paleta de verdes cazadores, azules medianoche, y marrones ricos. Las prendas parecían fundirse en el cuerpo, creando un efecto visual casi líquido que reforzaba el juego con la desnudez sugerida.
¿Innovación o Repetitividad?: Las Opiniones Divididas
La colección no pasó desapercibida y las opiniones al respecto se polarizaron con rapidez. Para algunos, el desfile fue una muestra de innovación vanguardista, donde Vaccarello supo capturar la esencia de lo moderno sin sacrificar el toque clásico que siempre ha caracterizado a Saint Laurent. El uso de la Torre Eiffel como fondo no hizo más que reforzar el simbolismo parisino, dotando al evento de una atmósfera inolvidable. “La moda desaparece, pero el estilo permanece”, podría decirse parafraseando a Yves Saint Laurent.
Sin embargo, no faltaron críticas respecto a la repetitividad en los diseños. Algunos asistentes cuestionaron si la constante utilización de transparencias y cortes ajustados no se estaba convirtiendo en una fórmula ya gastada en las colecciones recientes de la casa de moda. Además, se señalaron las dificultades que presentan estas prendas para ser usadas en la vida cotidiana, especialmente por mujeres con tipos de cuerpos diversos, lo cual abrió el debate sobre la practicidad de una moda concebida para la pasarela, pero no necesariamente para el día a día.
La Paleta que Seduce al Otoño: Verde Cazador y Más Allá
Si bien la temática de “rayos X” se mantuvo en la vanguardia de la colección, la elección de los colores fue igualmente notable. El verde cazador se erigió como el color estrella, capturando la sofisticación con un toque rústico que parecía anticipar el retorno a la moda de tonos más naturales. Al mismo tiempo, el azul medianoche infundió un aire de misterio en las prendas, mientras los marrones oscuros y los grises carbón añadían profundidad y una sensación de lujo discreto. La presencia de rojo burdeos proporcionó un respiro cálido y seductor, jugando con la dualidad de lo sensual y lo sutil.
La paleta, lejos de ser casual, buscó complementar la idea de la transparencia al ofrecer tonos que evocaran tanto lo etéreo como lo robusto. En este sentido, los colores actuaron casi como una metáfora visual de la colección misma: oscilando entre la aparición y la desaparición, entre lo visible y lo velado.
¿Moda para la Vida Real o Solo para la Pasarela?
A pesar del enfoque artístico y audaz de Vaccarello, la pregunta persiste: ¿es esta una moda accesible para la mujer moderna? Los diseños, aunque intrigantes y estéticamente cautivadores, parecen dirigidos más hacia la exhibición que hacia el uso práctico. Las telas transparentes y las siluetas ajustadas al cuerpo requieren una seguridad en sí misma y una disposición para ser el centro de atención que no todas las mujeres desean o pueden asumir en su día a día.
Además, la diversidad de cuerpos en la pasarela sigue siendo un tema pendiente en la industria de la moda de lujo. Aunque las propuestas de Saint Laurent son visualmente impactantes, su capacidad para adaptarse a la variedad de formas y tallas que existen fuera del ámbito exclusivo de las pasarelas continúa siendo una incógnita.
Más Allá de las Telas: ¿Qué Nos Dice Saint Laurent sobre la Moda?
Al final del desfile, la colección Otoño/Invierno 2024 de Saint Laurent no se limitó a ser un espectáculo de ropa, sino un cuestionamiento de lo que significa vestirse en la actualidad. En un tiempo en que la moda se vuelve cada vez más digital y menos física, Vaccarello parece haber querido recordarnos el poder de lo tangible, de lo que se puede tocar y sentir sobre la piel. Sin embargo, lo hizo en un lenguaje que también enfatiza la fragilidad de la moda: prendas que parecen estar a punto de desvanecerse, como si fueran parte de un sueño que se disuelve al despertar.
“¿Estamos ante el futuro de la moda o ante una tendencia pasajera?”, es la pregunta que queda en el aire. Tal vez la respuesta se encuentre en la propia naturaleza de la moda: siempre cambiante, siempre volátil, pero siempre capaz de reflejar algo más profundo sobre quiénes somos y cómo nos presentamos al mundo.