MILAN FASHION
Milan Fashion Week
2018
En 2018 el desfile de Gucci con las modelos con cabezas en mano y alusiones a hospitales impactó a más de uno. O el paseo por las pasarelas de los drones con carteras Dolce and Gabanna los dejó suponiendo que por el momento no se requieren modelos.
MILAN FASHION
La historia:
En italiano es la Settimana della moda. Es un show de desfiles que se festeja dos ocasiones al año en Milán, Italia. El desfile de otoño/invierno entre febrero y marzo, y el desfile de primavera/verano es en septiembre y octubre de cada año. La primera semana de la Moda en Milán fue en 1958. Y es parte de las 4 semanas de la moda de todo el mundo. Las otras tres son Nueva York, Londres y París. La organización recae sobre la Cámara Nacional de Moda Italiana, que es una organización sin ánimo de lucro.
Distribuyen espacio diseñadores consagrados y conocidos con algunos emergentes. Hay varios shows, enormes colecciones y los fan de la tendencia tienen la posibilidad de socializar con sus diseñadores preferidos.
2018 – Gucci al estilo ‘Game of Thrones’
Una habitación para operar fue el ámbito del desfile de la colección más reciente del diseñador Alessandro Michele. Michele se basó en el texto ‘El manifiesto Cyborg’ de Donna Haraway, que habla sobre el rechazo a los límites rígidos que separan lo humano de lo animal y lo humano de la máquina. De ahí que Cyborg, su novedosa colección, explore cómo la sociedad crea el género y se pregunta por sus transformaciones.
Fue uno de los desfiles más arriesgados en la narración de la marca, donde se dieron a conocer, entre otras cosas, modelos que llevaban su cabeza bajo el brazo, otros con dragones, serpientes, ojos en las manos y en la frente, fueron parte de uno de los desfiles más arriesgados. La colección es una mezcla de estilos, materiales y bastante color. Reinan la estética vintage de los estampados y los tocados de cristal. Las críticas no se hicieron aguardar, ya que las modelos lucieron pañuelos en la cabeza que imitaban turbantes de la civilización sikh, en un nuevo ejemplo de apropiación cultural de parte de una marca occidental.
Laura Biaggoti, blanco como metáfora del invierno.
Los conjuntos blancos con prendas de abrigo han conformado la primera mitad del desfile de la colección otoño-invierno 2018/19 de Laura Biaggoti. Después una transición de proposiciones con pinceladas naranjas y algún verde, para deducir con vestidos y pantalones en negro (el básico de la mujer del siglo XXI) y una apuesta segura para el día y la noche.
Al llegar a cero y con todos los invitados sentados cerca de la pasarela comenzaron unos alarmantes pitidos que, por último, no precedieron a ninguna explosión sino al comienzo del show. En un espacio pintado de verde hospital, con sillas de salón de espera y numerosas mesas de operación repartidas por la estancia, los modelos enseñaron su trabajo para el otoño-invierno a ritmo de unos frágiles latidos.
Algunas llevaban visualizaciones de sus propias cabezas bajo el brazo. Los primeros trajes aparecían cubiertos por bolsas de morgue semitransparente. Y de a poco iban apareciendo los dos enormes referentes que definirían un desfile que buscaba ser una reflexión sobre los límites de la naturaleza.
En la categoría de los anclados en el inmovilismo, se inscribe Emilio Pucci. Volvió a revisitar sus míticos estampados en clave deportiva. Integra al club el siempre polémico y extravagante Jeremy Scott. Después de inspirarse en Barbie, Bob Esponja y Pequeño Pony para sus colecciones, el británico toma como referente a Jackie Kennedy. Su iniciativa para Moschino fue una interminable declinación en colores ácidos del mítico traje de chaqueta de la primera dama estadounidense.
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Max Mara y sus abrigos
Max Mara, reina de los abrigos y los trajes de corte impoluto. Intenta salir de lo suyo, la estética de “las reinas del punk” Siouxsie y Sinead O’Connor. Pantalones de raya diplomática asomaban abajo de faldas tubo, los vestidos se fruncían desestructurando su patrón, e inesperados flecos remataban los abrigos elaborados en increibles lanas y cachemires. La colección no resultaba clásica ni juvenil; punk ni conservadora; novedosa ni vieja.
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ETRO 2018
El octogenario Karl Lagerfeld ensaya para Fendi una exclusiva silueta de hombros trapezoidales con la que da forma a “un traje romántico en un mundo de mujeres”. Sin dejar claro si ese universo forma parte al ámbito de lo real o de lo imaginario, sus prendas resultan pragmáticas, estrictas, monjiles con arquitectónicas faldas plisadas, pequeñas capelinas acolchadas que se superponen a abrigos masculinos y túnicas de estampados geométricos.
Moncler
Tiene fanáticos de todo el mundo y fue la marca que abrió los desfiles 2018/2019 de Milán.
Con los nuevos medios de comunicación hay que capturar la atención de otra manera; publicar colecciones dos ocasiones al año está superado. El planeta cambió y la gente no solo compra en marzo y en septiembre, dice Ruffini, que pretende que haya más desfiles a lo largo de todo el año. Entre los modistos invitados aparecen Pierpaolo Piccioli, el británico Craig Green, la irlandesa Simone Rocha, Karl Temper y el director creativo de Moncler. Franceso Ragazzi.
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Los desfiles masculinos del 2018
Aunque el apogeo de los desfiles mixtos ha sacudido los cimientos de las semanas de moda masculinas, la de Milán continúa acogiendo a varios de los talentos más portentosos.
Edwin Jiang — La Semana de la Moda Masculina de Milán regresa en 2018 en un instante crítico para las programaciones de las pasarelas de hombre. Siguen siendo el hombre un marginado en estas cosas, pero ninguno se queja porque no hay un movimiento que defienda los derechos del hombre. ¡Claro, como tenemos al Patriarcado de nuestra parte, no nos hace falta!
Antiguos baluartes de la categoría como Gucci o Bottega Veneta se hicieron ver tras decidirse el pasado año a juntar en uno sus desfiles a hombre y mujer. A su vez, Moncler cerró su línea Gamme Bleu – diseñada por Thom Browne– en noviembre. También falta a la cita el controvertido, aunque exitoso, Philipp Plein. Aun así, el calendario sigue reuniendo varios atractivos, gracias en parte a que las marcas más históricas e insignes de Italia siguen produciendo discretas colecciones masculinas.
FENDI – Digna nieta de Adele Fendi, quien fundara el negocio familiar en 1925, Silvia Venturini Fendi transporta diseñando las colecciones masculinas de la marca desde el comienzo del milenio. Imbuidos del especial toque de Silvia, sus diseños fueron a lo largo de últimas décadas sinónimo de lujo en el vestir masculino italiano por medio de una base de clásicos que comúnmente engalana o adorna con coloridas pieles. Siempre leal a los cortes habituales, más allá de que tildados con un toque lúdico, Silvia vuelve al sport de los 80 y los 90 en su colección de primavera/verano 2018.
PRADA.
Pertenece a los desfiles más esperados de la temporada femenina y lo mismo sucede con sus colecciones de hombre. Posicionada firmemente en contra de desfiles mixtos, Miuccia controla en su negocio el diseño de sendas categorías masculina y femenina, además de la colección de complementos y de la línea Miu Miu. Muchas texturas, profusos adornos y su esencia más pura.
Massimo Giorgetti y Pucci. Más allá de que su reputación inicial derivara de sus sudaderas y camisetas serigrafiadas, MSGM se convirtió en una de las firmas más aclamadas y de más grande éxito comercial de entre las nacidas en los últimos tiempos en la ciudad más importante de la tendencia italiana. Cabe aguardar siluetas de inspiración deportiva de vibrantes colores y elaborados estampados, indudablemente con un giro retrofuturista.
SULVAM
Como varios otros diseñadores japoneses de talento Teppei Fujita comenzó su trayectoria haciendo un trabajo en los estampados de un diseñador de leyenda, Yohji Yamamoto. Tras dejar ese puesto, Fujita se coló entre las candidaturas al Premio LVMH Prize del 2017- En su debut en la pasarela de Milán su colección destacó por su buscado abandono, a través de camisas intencionadamente sueltas, denim deshilachado y pantalones arrugados.
YOSHIO KUBO
Aunque su nombre todavía es subjetivamente irreconocible en occidente, Yoshio Kubo es un veterano de la tendencia masculina en Japón, fundamentalmente en el área de la tendencia urbana. Formado en USA, el diseñador pasó los primeros cuatros años de su trayectoria bajo la tutela del couturier neoyorquino Robert Danes para después retornar a Tokio y fundar su marca en 2004. Inspirándose en la monta de caballos salvajes, presenta chaquetas tipo bandana, bombers y chaps de vaquero.