Zuhair Murad nació bajo una estrella errante; no importa cuán limitadas o difíciles sean las circunstancias, en tu mente tienes boletos en la mano y estás listo para volar.
Sin embargo, nunca fue al Gran Cañón ni a Las Vegas, porque la emancipación previa a la caída proviene de la atracción por el aire libre en general y el oeste americano en particular.
Esto es nuevo para Murad.
A través de un vocero, explicó que estaba explorando la relajación a su manera. En consecuencia, amplió su repertorio, incorporando audazmente materiales como mezclilla y jersey. Trabajando en algunos riffs victorianos en el camino, Murad dejó que su mente divagara libremente, pero en términos de siluetas y adornos, el libro de jugadas es claramente suyo.
El denim, un material que normalmente no se asocia con su universo, llegó en un azul medianoche casi negro adornado con detalles de cuero blanco cortado con láser en el corpiño, por ejemplo, en un mono con piernas anchas acampanadas o un vestido de verano con costuras tipo corsé.
De vuelta a su zona de confort, un vestido largo blanco que combina encaje y plumetis con parche de inspiración vegetal sobre tul, un estampado repetido en blanco y negro sobre un traje falda con cinturón ancho o un vestido con espalda plisada nude, y en piel cristales en un elegante vestido de jersey negro.
Los nuevos desarrollos incluyen tejidos de punto estampados y adornos de hilo de algodón, ambos producidos en lo que el diseñador describió como máquinas raras y aburridas. El resultado aparece aquí en un puñado de looks, como un vestido verde esmeralda con hombros descubiertos o un conjunto de top corto y falda escarlata.
Otro vuelo de fantasía: lunares vaca, trabajados en crepé marroquí y encaje de pedrería, esparcidos sobre un vestido túnica o una blusa con lazo.
Informal o no, Murad es un maximalista de corazón, y su base probablemente estará encantada con un colorido estampado de plantas en un caftán con cordones. Parte de la diversión es que algunos de los números con incrustaciones de oro, lentejuelas y cristales se adentran más en el fabuloso rodeo.
