Prêt-À-Porter
Inspirada en el planeta de los diseñadores y sus musas, la campaña Otoño Invierno dos mil diecinueve rinde homenaje a la pasión, la escenificación y la suntuosidad míticas del circuito de la moda.
Alessandro Michele explora, por medio de su curiosa y excéntrica perspectiva, la imaginería de una escena establecida como un clisé de la industria: diseñadores y modelos efectuando los rituales propios de la época, como las pruebas de vestuario, la escenificación sobre la pasarela y las sesiones de fotografías para gacetas, y el ritmo furioso que se respira entre bastidores y en la primera fila del desfile.
El Directivo Creativo ha reinterpretado este planeta expresivo y de ensalzamiento propio con una atención minuciosa a los detalles, realizando de forma especial una enorme pluralidad de situaciones imaginarias como representaciones llenas de estilo. Christopher Simmonds se ocupó de la dirección artística, al paso que Glen Luchford estuvo tras las cámaras de esta campaña que documenta un viaje a través del ciclo artístico que supone una temporada de la moda. En ella, pueden verse modelos sorprendidas mostrando una actitud natural en las calles, entre bastidores o bien en las primeras filas, como efectuando poses exageradas y teatrales en el estudio del fotógrafo.
Se hallan, además de esto, imágenes reveladoras de modelos leyendo publicaciones en las que aparecen, cerrando de esta manera el círculo de la narrativa. Esta campaña presenta la moda como un planeta que no deja de reinventarse y autoconsumirse en un círculo eterno, como lo hace el símbolo Uróboros al representar una víbora circular que se alimenta de su cola y que se ha transformado en una parte esencial del sintético fichero de Gucci.
